Orígenes de la Lorca romana y de su proceso de romanización

by - diciembre 29, 2019

Los romanos comenzaron la conquista de Hispania tras derrotar a los cartagineses con la colaboración de las tribus indígenas, que, aunque no de forma unánime, habían apoyado la causa romana. Desde el año 197 a.C. el territorio de la Península Ibérica en poder de los romanos se partió en dos circunscripciones distintas, la Hispania Citerior, al norte, y la Ulterior, al sur. La zona de Lorca quedaría integrada dentro de la Citerior, recibiendo paulatinamente la fuerte influencia de la romanización que llegaba desde el puerto de Carthago Nova.

Para entender la conquista romana del Valle del Guadalentín hay que tener en cuenta la estratégica situación del poblado ibérico de Lorca, con una importante población indígena dominando la ruta natural de paso por donde se desplazarían las tropas y circularían las mercancías.


Antes de la conquista efectiva de la comarca por los romanos, los pequeños poblados ibéricos, al igual que el gran oppidum de Lorca, empezaron a recibir productos itálicos de importación. La llegada de estos objetos se generaliza tras la vinculación de estas poblaciones al proceso de romanización tras la conclusión de la Segunda Guerra Púnica (206 a.C.).

La progresiva penetración romana irá produciendo una transformación gradual en estos núcleos de población, pero no será hasta la segunda mitad del siglo I a.C. y el cambio de Era cuando se documenta la existencia de las primeras villae en la comarca del Alto Guadalentín. Algunos de estos establecimientos buscan la proximidad a lugares de tradición ibérica, aprovechando los mismos recursos agropecuarios que anteriormente explotaba la población indígena, a la vez que van asimilando a estas gentes en el proceso de romanización.

Dos buenos ejemplos de este tipo de villas fueron la Torre de Sancho Manuel y La Hoya de la Escarihuela. Desde ambos centros se puso en explotación cercano a la vía de paso que une el Valle del Guadalentín con el de Almanzora y el puerto de Baria (Villaricos). Semejante función realizó en el interior de la comarca lorquina el yacimiento de Los Villares, emplazado junto a la ruta de comunicación que configuró el río Turrilla.

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