La villa romana de La Quintilla, situada en el término municipal de Lorca (Región de Murcia, España), se emplaza en el margen derecho del río Guadalentín, a escasos metros de un rico manantial que nace al pie del Cejo de los Enamorados, y a cuatro kilómetros de la ciudad lorquina. 

Dicho cejo supone una formación montañosa a modo de peñasco, bastante conocido por la población local, para la que existe una ruta señalizada que lo comunica con la ciudad. Sus estructuras se sitúan a lo largo de media ladera, en las estribaciones de la cara norte de la Sierra de la Torrecica, a una altitud media de unos 520 metros, estando delimitada por la rambla de La Quintilla, que la proveía de agua.

La web de turismo del ayuntamiento de Lorca nos dice que "Para llegar a la villa de La Quintilla hay que tomar la carretera MU-701 desde Lorca en dirección al Pantano de Puentes. A la altura de la Rambla de la Quintilla aparece un desvío a la izquierda que conduce a la Villa. También se puede acceder desde la ruta señalizada del Cejo de los Enamorados que comienza en la Fuente de los Pilones, junto al Castillo de Lorca".

No obstante, la finca en la que se encuentra el yacimiento (con una extensión de 1,5 hectáreas aproximadamente) es de propiedad privada, la cual ha decidido cerrar el acceso mediante una verja corredera si se quiere acceder con vehículo por la carretera.

La villa se encuentra situada entre parcelas de cultivo, en un paraje que combina los valores culturales de la agricultura tradicional y los valores ambientales de la Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) en la que se encuentra. Muy próxima a ella se encuentra un olivo catalogado como árbol monumental.

Es de reconocer que La villa se erigió en un lugar privilegiado, no sólo por su situación estratégica, controlando amplios territorios aptos para el cultivo y en las cercanías de una importante vía de comunicación romana (via Augusta), sino porque además se erigió en una ladera aterrazada desde la cual los dueños de la villa debieron gozar de una vista privilegiada, contando con la ventaja añadida de disponer de una fuente de agua natural como antes hemos mencionado.